Uno de los temas empresariales de mayor actualidad es el liderazgo femenino. Con el paso de los años, las mujeres se han abierto camino en las altas esferas de dirección, llegando a ser tan asertivas y competitivas como los hombres que han encabezado durante décadas estos cargos de gestión y administración.
Como señalamos, los altos cargos ejecutivos han sido liderados por hombres durante mucho tiempo. La presencia femenina en estos es algo relativamente nuevo. Y aunque aún falta mucho para hablar de una igualdad en estos términos, lo cierto es que la dirigencia femenina destaca por méritos propios.
Estudios han determinado que a la hora de decidir, las mujeres son más propensas que los hombres a tomar decisiones de alto rango, basándose en prácticas como la promoción de la autoestima, la comunicación y la participación de sus colaboradores. Otras características de este modelo son:
- Trabajo en equipo: las mujeres suelen buscar apoyo en grupos fuertes y con un alto nivel de competencia.
- Asertividad: el liderazgo femenino es más partidario de un convencimiento basado en la asertividad y no tanto en la autoridad.
- Simultaneidad: la mujer acostumbra desenvolverse con relativa facilidad en escenarios en los que deba realizar o supervisar varias tareas a la vez.
- Negociación: la conciliación es una de sus principales características, al igual que una mayor facilidad para influir en los otros.
Retos de la mujer en el mundo laboral
Son muchos los desafíos a los que la mujer se enfrenta diariamente: El equilibrio vida personal-vida profesional; la diferencia salarial entre los géneros; el acoso en el trabajo; igualdad a las oportunidades profesionales; la maternidad en la carrera profesional.
Aunque respecto a este último punto, son más las mujeres jóvenes que se sienten en la capacidad de ser madres sin que esto afecte de forma negativa su vida laboral y posibilidades de éxito, al igual que los hombres.
Es de resaltar, que hombres y mujeres tienen habilidades características de su género que les permite destacarse en diferentes ámbitos de su vida.
En el caso de las mujeres, estas destacan en:
- Inteligencia emocional: La mujer tiene más empatía y comunicación productiva que les hace mucho más fácil liderar equipos de trabajo.
- Percepción: Tienen ese “sexto sentido” que las hace intuitivas a la hora de tomar decisiones, además, sé autoevalúan en cuanto a sus capacidades y las de un equipo de trabajo, grupo de personas o un particular.
- Sentido multitasking: Es bien sabido que la mujer cuenta con la habilidad de realizar varias actividades a la vez. Mantienen un rol activo como profesionista, madre, esposa y ama de casa, así que más que una dificultad lo convierten en un reto.
- Astuta y perspicaz: Además de ejecutar tareas múltiples, es muy detallista y observadora. En factores relacionados con necesidades de la organización para la mejora del ambiente laboral y productividad, suele ser más perspicaz que el hombre.
- Organización: En este punto la mujer planea anticipadamente todas sus actividades, es común que lleve todo agendado. Así administra correctamente su tiempo.
Resumiendo, el reto de la mujer ejecutiva es alcanzar puestos gerenciales y de alto liderazgo, este progreso va de la mano con las habilidades mencionadas.
El secreto es darle prioridad a las actividades principales, establecer metas claras, cultivar la autodisciplina y la capacidad para definir los tiempos de trabajo o personales.
Cada vez son más los retos que una mujer enfrenta en el ámbito laboral, pero también son más las habilidades que se les reconocen y que les ayudan en la lucha por la equidad de género. Hay que reconocer el esfuerzo de la mujer profesionista todos los días.