Ser un buen negociante se basa en objetividad, toma de decisión, conocimiento, experiencia y habilidad para el cruce de información.
Los negocios y la inteligencia emocional.
Lo primero es tener claro el concepto de inteligencia emocional, de este modo tendremos las herramientas para poder aplicarla exitosamente en los negocios.
Dicho esto, la inteligencia emocional es la capacidad de manejar las emociones (miedo, tristeza, ira, placer, amor) que impulsan los comportamientos y que genera las relaciones con los demás.
Esas emociones probablemente entorpezcan la gestión de los negocios, ya que la falta de objetividad obstruye la visión y nos impulsa tomar de decisiones erradas y con falta de argumentos.
Inteligencia emocional en el campo empresarial
Al tener clara la definición de Inteligencia emocional y adaptarla en el campo empresarial, tomamos esta como una vertiente que permita manejar equipos de trabajo con los mismos propósitos de forma profesional.
Los grupos de trabajo de las empresas son los responsables del logro y cumplimiento de los objetivos. Se puede tener una buena estrategia para los negocios, pero si esta no sé no se maneja inteligentemente, porque las emociones sabotean el curso de la negociación, los objetivos no se cumplen.
Por esto, se debe tener presente que la dirección de una organización no son solo órdenes y cálculos financieros. Es de mucha importancia además conocer el mapa humano que predomina en la empresa.
Inteligencia emocional para aumentar la productividad
Estudios comprobados señalan que los gerentes con estudios y entrenamiento en inteligencia emocional alcanzaron a aumentar la productividad laboral en un 18%. Es una cifra considerable, pues hace ver que al gestionar con inteligencia emocional supera los objetivos o se logran en menor tiempo.
Aspectos relevantes de la inteligencia emocional financiera
Para una mejor coyuntura en la gestión financiera, es fundamental desarrollar los siguientes aspectos:
- Autoconocimiento. Reconocer y controlar las emociones ayuda a gestionar efectivamente las tareas diarias.
- Autocontrol. Conocer los límites emocionales; es decir, no sé impulsivo y saber usar y generar emociones en el momento oportuno.
- Empatía. Percibir las emociones del equipo de trabajo, ponerlos en primer plano para que sientan el apoyo, ayuda gestionar mejor al grupo y a los negocios.
- Habilidades sociales. Con la inteligencia emocional financiera se desarrolla la motivación, perseverancia, entusiasmo, entre otras. Estas habilidades desarrollan una comunicación efectiva entre los colaboradores y una mejor gestión en momentos de alta presión.
- Flexibilidad. Las organizaciones están dejando de lado ese antiguo estilo laboral de liderazgo autoritario y rígido. Para ambiente laboral saludable, lo mejor es promover la comprensión y diálogo mediante la inteligencia emocional.
- Optimismo. Los negocios tienen éxito cuando se es consecuente en el logro de los objetivos. Transmitir buena actitud en todo momento, incluyendo los tiempos difíciles, contagia a los miembros del equipo, haciendo que todos vayan en la misma dirección y con la mejor disposición.
Tomando en cuenta todos estos aspectos, el alcance de los objetivos y el éxito de los negocios se verá menos forzado. Con solo seguir estos aspectos, se desarrolla inteligencia emocional ideal para la gestión financiera.